El Evangelio de esta semana continúa con los signos que Jesús realiza junto al lago de Genesaret y que lo hacen famoso. Un niño que trajo cinco panes de cebada y dos pescados, permite que una multitud se alimente y que se recojan doce canastas con los restos. Las acciones que realiza son su enseñanza y su mensaje (Juan 6: 1-21).
En el diálogo con Felipe, Jesús traslada su atención desde la escasez de dinero hacia el potencial de quienes necesitan de comer. Los panes y los peces se convierten en un instrumento para hacer un milagro. Cuando la multitud comienzan a compartir descubre entonces la verdadera fuerza de la comunidad.
Nadie tiene tanto pan para alimentar por sí solo a todos, pero todos y todas en conjunto tenemos tanto que es suficiente y además sobra. De la poco se produce un banquete y una fiesta. Las personas entristecidas experimentan la alegría de apoyarse y ayudarse mutuamente. Jesús obra el milagro de abrir los corazones y entonces se multiplica el pan.
Mira aquí «El Evangelio de la Semana»: