Las Pastorales del Migrante de la Iglesia Evangélica Luterana en Chile, de la Iglesia Metodista de Chile y FASIC, hicieron este 19 de abril una Declaración Pública conjunta en la que advierten el peligro de estigmatizar a los extranjeros, al tiempo que hacen un llamado a encontrar soluciones justas y constructivas a la crisis de seguridad que vive el país.

En el documento se señala que “reconocemos y promovemos el derecho fundamental a caminar sin miedo”, y que “Entendemos también que la seguridad es responsabilidad del Estado”. Por ello, “Chile debe ser un Estado Social que garantice el resguardo de los derechos fundamentales para todos y todas, asegurando el buen vivir y condiciones dignas para cada persona que habite el territorio nacional”, sostuvieron.

Sin embargo, advierten que en el debate actual muchas veces “se buscan responsabilidades en grupos sociales que se ven estigmatizados, sobre los cuales recae el peso de la culpa”, como por ejemplo la población extranjera.

“Esto es altamente preocupante, pues toda estigmatización y prejuicio conlleva a acciones que promueven distinciones, malos tratos y desigualdad social, por lo que hacemos un llamado a la ciudadanía y a las comunidades de fe a no caer en discursos ni acciones que afecten la vida y seguridad de la población migrante, sino más bien a buscar soluciones que conlleven a contribuir un buen vivir y convivir entre hermanos, hermanas”, afirmaron.

Por otro lado, los firmantes reconocen que así como existen personas extranjeras que cometen ilícitos, “es más amplio el índice de personas migrantes que son trabajadoras, de esfuerzo, que ven cómo hoy se les cierran puertas a causa de delitos que otras personas extranjeras cometieron”.

Como organizaciones basadas en la fe recordaron varios pasajes bíblicos que realzan la importancia de la hospitalidad y de la justicia social, como Levítico 19, Isaías 58 o Mateo 25.

En este sentido, expresaron su deseo de que “el mensaje de Jesús nos ayude a ser personas de bien, amorosas, justas; y que ningún temor nos haga caer en mensajes de odio, totalitarios, que dañen la dignidad de otras personas, sea cual sea su nacionalidad de origen. Que la búsqueda de seguridad no nos convierta en victimarios, y que la convivencia en el territorio sea basada en el diálogo y la integración, y no en la negación del otro y de la otra”.

“La paz, esa paz que anhelamos, es el fruto de la justicia, como dice la Escritura. Que un Chile más justo, entonces, nos abra caminos de paz y de entendimiento”, concluyeron.

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