La Semana de oración por la unidad cristiana, que se celebrará del 18 al 25 de enero, reunirá a iglesias de todo el mundo para “hacer el bien” y “buscar la justicia” (Isaías 1:17).
Los recursos para la Semana de oración fueron elaborados por miembros de la comunidad cristiana de Minnesota, con la colaboración de un grupo internacional que representa al Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos de la Iglesia Católica Romana y a la Comisión de Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias, e incluyen una oración ecuménica de apertura, reflexiones bíblicas y oraciones para ocho días, así como otros elementos para el culto.
El Rvdo. Dr. Ioan Sauca, secretario general en funciones del CMI, afirmó que espera que esta semana especial sirva para proporcionar nuevas fuentes de inspiración a muchas personas de todo el mundo.
“La oportunidad de orar juntos es una bendición para todos nosotros, ya que, a pesar de nuestras diferencias, nos encontramos en nuestra confesión común del Señor Jesucristo como Dios y Salvador según las Escrituras y, por tanto, tratamos de responder juntos a nuestra vocación común para gloria del Dios uno, Padre, Hijo y Espíritu Santo”, afirmó.
“Juntos estamos plantando las semillas de la justicia y la paz. Al tiempo que buscamos la unidad cristiana y oramos por ella, alimentemos nuestra esperanza colectiva para el año nuevo y para afrontar los tiempos difíciles en los que todos vivimos”, agregó.
En el mismo sentido, el Rvdo. Dr. Mikie Roberts, responsable del programa de vida espiritual del CMI, dijo que “se nos interpela a permitir que los clamores por la justicia social también informen nuestra oración conjunta por la unidad cristiana”.
La Semana de oración por la unidad cristiana es una celebración ecuménica cristiana internacional que se celebra anualmente en torno a Pentecostés en el hemisferio sur y entre el 18 y el 25 de enero en el hemisferio norte.
Cada año se pide a los asociados ecuménicos de una región diferente que preparen los materiales.
Con orígenes que se remontan a más de cien años, el octavario de oraciones para esta iniciativa lleva siendo encomendado a la Iglesia Católica Romana y al CMI, y preparado conjuntamente, desde 1966, después del Concilio Vaticano II.
Fuente: Consejo Mundial de Iglesias
