El 19 de abril la Congregación La Trinidad cumplió 65 años de vida (1959), y este domingo 21 se realizó un Culto de celebración junto a la Congregación El Buen Samaritano y la obispa Izani Bruch.
Sobre esta fecha, la pastora de La Trinidad, Sandra Rozenberga-Saavedra reflexiona:
“Este año celebramos doblemente el aniversario de nuestra iglesia, porque el bien es más fuerte que el mal, el amor es más fuerte que el odio, la luz es más fuerte que las tinieblas, la verdad es más fuerte que la mentira”.
“Celebramos el doble esta festividad porque nuestra iglesia es el lugar donde las personas aprenden a no lastimarse, aprenden a bendecir, a perdonar, a sentir empáticamente, a aceptar, a incluir, a escuchar, a no ser egoístas, a servir, y caminar con los demás y con Dios, en un ambiente propicio y amistoso, abierto a todos, y porque es un lugar de paz, reflexión, esperanza y fortaleza en medio de una ciudad ocupada”.
“Cuando se construyó esta iglesia, nadie pensó en los sucesos históricos por los que tendría que pasar. Pero es significativo: estos tiempos han pasado, pero este lugar, la Trinidad y todo que la rodea, es como un oasis en el corazón de Ñuñoa. Estamos hechos de los preciosos trozos de ruinas del pasado y de vislumbres del futuro, y mientras así sea, viviremos”.
“¡Este lugar, que hace 65 años era una esquina vacía, esperando su tiempo adecuado, su significado, su tarea, luego se convirtió en una iglesia. Incluso los lugares más vacíos y desolados pueden hacerlo. También lo que hay en mí, también lo que hay en la humanidad, abandonado, vacío y arruinado, siempre puede convertirse en amor, bendición y esperanza”.
“¡Esto es exactamente lo que celebramos hoy en el aniversario de La Trinidad! Que todo puede ser diferente a como es ahora. Gracias Dios por este momento!”.