La Rvda. Elizabeth Eaton, obispa presidenta de la Iglesia Evangélica Luterana en Estados Unidos (ELCA), envió un mensaje a sus comunidades en el marco del Mes del Orgullo LGBTQIA+ que se celebra en junio. En su alocución recuerda que la diversidad es parte de la creación, y que “Entonces Dios miró todo lo que había hecho, ¡y vio que era muy bueno!” (Génesis 1:31).

Párrafos destacados

“En el libro de Job, recordamos que Dios se deleita en los contrastes, en las diferencias que nos hacen parte de un diseño divino mayor. Por eso, quiero dirigirme directamente a todos los que celebramos en este mes el Orgullo, especialmente a nuestros hermanos LGBTQIA+: Yo sí los veo. Ustedes son amados por Dios. Dios se deleita en ti y tú eres parte de esa creación buena y variada. Esta iglesia también los ve. Ustedes son miembros del cuerpo de Cristo.”

“Pablo escribe en 1ª Corintios que ‘El cuerpo humano tiene muchas partes’ y ‘lo mismo sucede con el cuerpo de Cristo” (1 Corintios 12: 12). Las diferencias que una vez nos dividieron se fueron transformadas en Cristo. Nuestra unidad no proviene de ser todos idénticos. Proviene de estar unidos en Cristo, quien reúne a cada miembro, a cada cuerpo, en sí mismo.”

“Y recuerda la introducción de Juan: ‘El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros’ (Juan 1: 14). Dios se hizo cuerpo humano. Dios caminó entre nosotros en Jesucristo. Esa es una afirmación definitiva en favor de la vida encarnada de cada cuerpo. Durante el Mes del Orgullo, estamos llamados a reflexionar sobre lo qué significa que Dios esté con nosotros en carne y sangre en Cristo. ¿Qué implica la encarnación en nuestra convivencia?”

“Tal como enseñó Pablo y repitió Lutero, la Cena del Señor nos une en una sola comunidad, no borrando las diferencias, sino uniéndonos en el amor. Ese amor nos llama a honrar la plena dignidad de cada persona: sea de cualquier sexo, de cualquier género, y en cualquier cuerpo. Por eso, incluso cuando discrepamos, estamos llamados a amar a nuestro prójimo en pensamiento, palabra y obra.”

“Jesús nos contó la historia de un samaritano que cuidó de una persona profundamente diferente a Él. Sus historias de vida estaban divididas. Sus creencias no coincidían. Y aun así, la compasión prevaleció. Recordemos esta parábola.” Por ello, la obispa Eaton invitó a los miembros a renovar el compromiso con la comunidad LGBTQIA+, y a “hablar con gracia y unidad porque somos parte de la gran creación de Dios”.

“Que podamos nosotros reflejar la gracia y la unidad que hemos conocido en Cristo. Que podamos atesorar, enaltecer, y defender la vida encarnada de todos los hijos de Dios. Porque todos los cuerpos -de todas las personas- son sus miembros”, concluyó Eaton.

Fuentes:
Texto: ELCA/ Redacción
Fotos: ELCA