Este miércoles se conmemoran 80 años de la ejecución del teólogo y pastor luterano Dietrich Bonhoeffer debido a su oposición a Hitler. El moderador del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), obispo Dr. Heinrich Bedford-Strohm, afirmó que “su testimonio sigue inspirando al movimiento ecuménico”.
El obispo pronunció un discurso de homenaje el 7 de abril en el antiguo campo de concentración de Flossenbürg (Baviera), lugar donde Bonhoeffer y otros opositores fueron ahorcados el 9 de abril de 1945.
“Su influencia fue decisiva, por ejemplo, en el contexto de la resistencia sudafricana contra el apartheid. La teología de la liberación latinoamericana también encontró en él una fuente de inspiración constante”. Agregó que su teología es de gran importancia en la crisis medioambiental, o frente al auge del nacionalismo y la xenofobia actuales.
Dietrich Bonhoeffer nació en Breslavia en 1906. Se opuso tempranamente al nazismo. En 1931 lideró como secretario la juventud de la Alianza Mundial para la Promoción de la Amistad Internacional a través de las Iglesias.
En 1934 se unió a la Iglesia Confesante que rechazó los intentos del régimen por controlar la teología y la vida de las iglesias protestantes. En Dinamarca declaró que frente a la “furia de los poderes mundiales”, “sólo un gran concilio ecuménico de la Santa Iglesia de Cristo” podía hacer un llamado radical a la paz.
Por esos años, entabló amistad con Willem Visser ‘t Hooft, quien luego se convirtió en el primer secretario general del Consejo Mundial de Iglesias en 1948.
Bonhoeffer fue encarcelado en 1943 y sus escritos fueron sacados a escondidas desde su celda. Compilados y publicados en español como “Resistencia y sumisión” (en inglés “Letters and Papers from Prison”) se convirtieron en una fuente de inspiración para personas cristianas de todo el mundo.
Bedford-Strohm subrayó que la visión de Bonhoeffer fue una importante inspiración para el “proceso conciliar” del CMI sobre Justicia, Paz e Integridad de la Creación, que siguió a la Asamblea de Vancouver (Canadá) en 1983.
El obispo expresó que su compromiso con la justicia social es menos conocido pero es igual de importante. En 1935 escribió que las esperanzas puestas en el movimiento ecuménico, para que “pronunciase una palabra de juicio sobre la guerra, el odio racial y la explotación social (…) dependería todo ello de nuestra obediencia” como cristianos.
“Sólo se podrán entender las posteriores decisiones personales de Bonhoeffer, si se comprende lo inseparable que es para él la conexión entre un compromiso radical con la fe, y la vida descrita en el sermón de la montaña y el compromiso con el mundo”, concluyó Bedford-Strohm.
Fuentes:
Texto: CMI/ Redacción
Foto: CMI