FLM celebra 30 años de Conferencia de Beijing y busca contrarrestar retrocesos en los derechos de las mujeres

(LWI) – En septiembre de 1995 miles de defensoras de los derechos de la mujer se reunieron en Beijing para firmar un documento histórico. 189 países aprobaron por unanimidad la Declaración de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer que avanzó en el empoderamiento femenino.

La Federación Luterana Mundial (FLM) participó en aquella cumbre, y tres décadas después, asiste ahora en Nueva York a las sesiones de la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW), que desde Naciones Unidas examina su cumplimiento.

La Plataforma de Acción de Beijing estableció una hoja de ruta con 12 áreas clave para lograr la igualdad entre mujeres y hombres, que incluye cuestiones tan vigentes como la igualdad de salarios y los cuidados no remunerados.

Sikhonzile Ndlovu, encargada de promoción de Justicia de Género de la FLM, recordó que “nuestras delegadas estuvieron en Beijing para esa histórica conferencia, y hemos contribuido desde entonces a implementar durante treinta años este documento político”.

“La Justicia de Género no es negociable”

La secretaria general de la FLM, Rvda. Dra. Anne Burghardt, enfatizó en el marco de una publicación luterana que recoge las voces de quienes estuvieron en Beijing, que la justicia de género “no es negociable” porque “es fundamental para un mundo justo y pacífico”.

Burghardt advirtió que el mundo experimenta “un retroceso cada vez mayor en la igualdad de género, una mayor polarización y barreras estructurales que siguen limitando las oportunidades para las mujeres y las niñas”, muchas de las cuales “todavía se enfrentan a la exclusión, la violencia y las políticas que les niegan sus derechos fundamentales”.

El Rvdo. Khader El-Yateem, director ejecutivo de Servicio y Justicia de la Iglesia Evangélica Luterana en Estados Unidos (ELCA), dijo que la Plataforma de Beijing sirve como marco político general para el trabajo en la iglesia sobre los derechos de las mujeres. Pero hoy “este trabajo está bajo ataque, la sociedad civil está siendo estrujada y los fondos se reducen, especialmente en el campo de los programas sobre justicia de género”.

Kristen Opalinski, responsable de relaciones ecuménicas e interreligiosas de la ELCA, señaló que «el péndulo ha vuelto atrás y el autoritarismo está en aumento, en marcado contraste con el mensaje del Evangelio». Como iglesias «estamos llamadas a tener una posición firme, y como luteranos tenemos una responsabilidad única ya que nuestra teología está arraigada en enfrentar las tensiones para encontrar un camino hacia adelante juntos».

Los derechos de las mujeres son derechos humanos

Joanna Lilja, asesora de Justicia de Género e Igualdad en la Iglesia de Suecia, observó que con la resistencia que existe actualmente hacia la igualdad de género y el trabajo de la sociedad civil, “es poco probable que hoy la Plataforma de Acción de Beijing hubiera sido adoptada”. Por ello, resulta más importante que nunca “defender los derechos humanos y afirmar que los derechos de las mujeres son derechos humanos”, argumentó.

Los actores religiosos pueden desempeñar un papel crucial para reformar las leyes familiares discriminatorias, en temas como «la edad legal del matrimonio, la violencia doméstica, la violación marital, la custodia de los hijos, la herencia, así como en la posesión de la tierra y la propiedad personal».

En este sentido, Lilja destacó el «ejemplo fantástico» de la Iglesia Evangélica Luterana en Jordania y Tierra Santa (ELCJHL) que logró «una ley familiar de igualdad de género que es única en el Medio Oriente».

Kaleb Sutherland, director del Programa de Líderes Internacionales de la ELCA, subrayó la urgencia de invertir en educación y formación de las jóvenes. “En pocas palabras, sabemos que la educación de las niñas y las jóvenes tiene un poderoso efecto multiplicador sobre el progreso hacia todas las áreas críticas que preocupan a la Plataforma de Acción de Beijing”.

Esto significa «reducción más rápida de la pobreza, mejor salud materna, menor mortalidad infantil, mayor prevención del VIH, reducción de la violencia y muchas cosas más», ejemplificó.

El Rvdo. Bafano Khumalo, cofundador y codirector ejecutivo de la Red de Justicia de Género ‘Sonke’ en Sudáfrica, sostiene que “hay mucho que celebrar en los últimos treinta años, pero también debemos ser realistas y darnos cuenta de que las políticas no se aplican por sí mismas”.

La Rvda. Dra Elitha Moyo, de justicia de género para el sur de África de la ELCA, habló sobre la violencia generalizada y la mutilación genital femenina contra las mujeres y las niñas en su país, y los “avances significativos” impulsados por la Iglesia Evangélica Luterana de Zimbabwe.

“Los gobiernos deben fortalecer los marcos legales, aumentar la financiación de servicios para las sobrevivientes, y desarrollar campañas nacionales de concientización”. En tanto, “los líderes religiosos deben promover mensajes de igualdad de género y crear espacios seguros para las conversaciones sobre todos estos temas críticos”, explicó.

En resumen, “el compromiso con la implementación de la Plataforma de Acción de Beijing es vital porque coincide también con nuestro compromiso teológico de defender la dignidad y los derechos de todas las personas”, subrayó Moyo.

Fuentes:
Texto: FLM/ Redacción
Foto: LWF/ P. Hitchen

 

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