Este domingo se celebró la Epifanía, palabra que hace alusión a la luz de Dios que brilla y que manifiesta su presencia en este mundo. En el Evangelio escuchamos la historia de los sabios (magos) de oriente que llegan a Belén siguiendo una estrella y buscando a Jesús hasta encontrarlo (Mateo 2: 1-12).
El texto se relaciona con un pasaje de Isaías: “la noche envuelve a las naciones, pero el Señor brillará sobre ti y sobre ti aparecerá su gloria” (Isaías 60: 1-6). Estas palabras de esperanza son también para nosotros. Podemos encontrar pequeñas epifanías en nuestro día a día, a través de otras personas que nos animan y nos dan apoyo en las horas difíciles.
Epifanía nos invita a mirar la luz de vida que es Cristo y adorarlo. No es necesario que esperemos a estar en dificultades para buscar a Jesús, al contrario, tal como hicieron los sabios de oriente, podemos ir así no más con alegría, esperanza y gratitud.
“Cuando los sabios vieron la estrella, se alegraron mucho. Luego entraron en la casa, y vieron al niño con María, su madre; y arrodillándose le rindieron homenaje. Abrieron sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra” (Mateo 2: 10-11).
Mira aquí «El Evangelio de la Semana»: