El Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), Rvdo. Dr. Jerry Pillay, celebró la adopción internacional del Pacto para el Futuro de las Naciones Unidas, que tuvo lugar el 22 de septiembre en Nueva York.
El documento es una declaración no vinculante que fue adoptada por consenso, y que refleja los temores y las esperanzas actuales que se dialogaron a partir de 2020, y que concluyeron en la Cumbre del Futuro de 2024.
Principales Propuestas
El Pacto abarca compromisos sobre paz y la seguridad, tales como la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, el desarme nuclear total, la protección común del espacio exterior del planeta, y la reafirmación de que las leyes de la guerra deben aplicarse los usos letales de las nuevas tecnologías.
En materias de desarrollo se establece la reforma del financiamiento internacional y la revisión de los mecanismos de deuda, la inclusión del bienestar y la sostenibilidad planetaria, una tributación global mínima para la riqueza, frenar el aumento de la temperatura en 1,5 °C y abandonar los combustibles fósiles en 2050.
También la Carta incorpora derechos digitales y la gobernanza de las nuevas tecnologías y de la inteligencia artificial, la participación de los jóvenes y de las futuras generaciones, y la defensa y el fortalecimiento de los derechos humanos, la igualdad de género y el empoderamiento femenino.
Reacción del Consejo Mundial de Iglesias
“Este acuerdo histórico encarna un compromiso colectivo para enfrentar los desafíos más urgentes de nuestro tiempo: el Cambio Climático, la desigualdad, la paz y la justicia”, al tiempo que “ofrece un camino para que la comunidad global trabaje hacia un futuro más justo y sostenible”, declaró Pillay.
“El Pacto para el Futuro refleja muchas preocupaciones largamente defendidas por las comunidades religiosas en todo el mundo”. “Las crisis globales a las que nos enfrentamos hoy reflejan relaciones rotas entre la humanidad y la creación, y entre pueblos y naciones”, agregó.
El Secretario del CMI elogió la visión del Pacto por profundizar en el multilateralismo y en una renovada cooperación internacional que garantice que nadie se quede atrás.
“Las comunidades religiosas juegan un papel vital para apoyar a los Estados y los pueblos en la realización de esta visión compartida”. “Encomiamos a las Naciones Unidas por haber unido a diversas naciones en torno a esta visión común”.
Pillay instó a todos los gobiernos y partes a ir más allá de las palabras, a superar los obstáculos que han dejado sin cumplir tantos compromisos existentes, y finalmente a comprometerse a aplicar las disposiciones del pacto con urgencia e integridad.
“Que este momento significativo renueve nuestra esperanza y fortalezca nuestra determinación de trabajar juntos por un mundo en el que la paz y la justicia prevalezcan”, declaró Pillay.
Federación Luterana aboga por ‘paz transformadora’
La Rvda. Dra. Anne Burghardt, Secretaria General de la FLM, participó en la Cumbre del Futuro. La representante enfatizó en un evento paralelo la necesidad de fomentar una paz transformadora y el abordaje de las causas profundas de los conflictos.
“Las comunidades que prosperan son la última medida de un mundo pacífico. La paz transformadora se centra en abordar las causas profundas de los conflictos y de la violencia, para crear contextos donde las personas y las comunidades puedan prosperar”, afirmó.
Los actores de fe “están llamados a promover el respeto mutuo y la dignidad, buscando siempre aquella humanidad compartida que nos une a todos. La cooperación, la educación y el empoderamiento, la promoción y el apoyo a los necesitados, son parte integral de una paz transformadora”, concluyó Burghardt.
Fuentes:
Texto: CMI/ ONU/ FLM/ Redacción
Foto: Marcelo Schneider/ CMI