La Convención 2024, dio un nuevo paso para revitalizar la misión interna y externa de la IELCH en obediencia a la gran comisión de Jesús: “Id y haced discípulos” (Mateo 28: 19). El encuentro se realizó el 18 y 19 de mayo en la Congregación La Trinidad en Santiago.
El tema central fue introducido por la obispa Izani Bruch durante el devocional de apertura. En su exposición recordó que el versículo del lema habla de un mandato que produce un movimiento en los seguidores de Cristo. Se trata de abrir el grupo, ampliar la mirada, e invitar e involucrar a otros y otras.
El llamado contiene dos acciones: bautizar y enseñar. Ambas “determinan la vida y camino del discípulo y la discípula”. En el bautismo cada persona es invitada a ser parte de la gran comisión. “Como luteranos nadie queda afuera o excluido”, Sostuvo Bruch.
El primer día de la Convención contó con la presencia del presidente Walter Dümmer, y del obispo Esteban Alfaro, en representación de la ILCH. También asistieron Karen Anderson y Sonia Covarrubias de la Fundación EPES. En tanto, desde la Federación Luterana Mundial, acompañó ambas jornadas la Rvda. Sonia Skupch, Secretaria Regional para las Américas.
¿Adónde y a quiénes nos lleva la misión?
Pablo Pavez, estudiante de teología de la IELCH, preparó un estudio sobre otro pasaje, donde Pedro y Jesús discuten el sentido del discipulado a raíz del anuncio de su muerte (Mateo 16: 21-28). En este texto queda claro que ser discípulo se trata de seguirlo a Él, dando origen a las numerosas metáforas de los cristianos como peregrinos y caminantes.
Posteriormente, se realizó un conversatorio ecuménico sobre Misión y Discipulado, en el que participaron Miguel Ulloa, pastor metodista; Monseñor Álvaro Chordi, obispo católico auxiliar de Santiago; José Miguel Troncoso, pastor bautista; y Rocío Morales pastora luterana de la Congregación IELMA.
Chordí manifestó que “todo comienza con un encuentro”, poniendo de relieve el seguimiento personal de Jesús. Más adelante señaló que “tú eres misión”, lo que significa que “el mensaje es el mensajero, y dependiendo de la coherencia de vida que lleves, ese es el mensaje que vas a transmitir, no tanto lo que digas”.
“Nosotros seguimos a alguien que fracasó, en el sentido humano. Tenemos miedo el fracaso porque tenemos muy metido en las venas el concepto de éxito. Eso no es evangélico. A mí, Dios no me pide ser eficaz ni eficiente sino fecundo. Muchas veces medimos a los laicos comprometidos en función del número, o del grupo que se junta, pero no del impacto”, agregó el obispo auxiliar.
En la segunda jornada, Patricio Abarca, tesorero y estudiante de teología de la IELCH, presentó ocho puntos para el trabajo en misión. Estas orientaciones invitan a formar comunidad trabajando en comunidad. A ver y mirar tal como Jesús lo hace. Esto es, que el llamado haga sentido hablando el lenguaje de las personas. “Evangelizar es comprender a las personas en sus necesidades”.
Abarca subrayó que la misión se trata de anunciar “una buena noticia que mueve a las personas”, por lo que el Reino de Dios se expande más allá de la Iglesia. La enseñanza es compartida por los discípulos quienes a su vez forman a otros discípulos, por lo que “no hay discipulado sin proclamación”.
La última charla la encabezó la pastora Sonia Skupch, quien explicó la misión desde la perspectiva de la Federación Luterana Mundial. Precisó que la misión es antes que nada una obra de Dios, en la que los seres humanos están invitados a trabajar pero no les pertenece. Comenzando por la proclamación (kerigma), la misión es holística porque abarca todas las dimensiones de la existencia: Es comunión (leiturgia), servicio a los demás (diakonia) y testimonio de vida (martyria).
Skupch puso como ejemplo el encuentro entre el Resucitado y los discípulos en el camino de Emaús. El pasaje se puede dividir en tres partes o aspectos: 1) Acompaña, escucha y se interesa; 2) Interpretación de las escrituras para los discípulos; 3) Los discípulos cuentan lo que vieron y oyeron (Lucas 24: 13-35).
Cada una de las nueve congregaciones, más las comunidades, trabajaron en grupo las preguntas y temas propuestos, en concordancia con visión y la Planificación Estratégica de la Iglesia y de los planes misionales locales.
Pentecostés, saludos y Candlelight
El cierre de la Convención tuvo lugar a las 18.00 horas del domingo 19 de mayo, con la celebración del Culto de Pentecostés. En su prédica la obispa Bruch recordó que no estamos solos y que recibimos del Espíritu los dones para llevar a cabo la misión.
Al acto asistió la alcaldesa de Ñuñoa Emilia Ríos, quien dirigió un saludo. “Tenemos muchas cosas en común. Como municipalidad tenemos una misión muy clara, que es contribuir al desarrollo económico social de nuestra comunidad. Y las Iglesias en su conjunto tienen una misión desde lo espiritual”.
“Estamos en momentos que se sienten complejos, donde hay muchas personas solas en un mundo que nos empuja a la competencia y a sentirnos cada vez más atomizados. Tenemos una misión compartida que es acercarnos, tender puentes, y mostrar que hay posibilidades de salir adelante en conjunto. Cuando lo hacemos llegamos muchos más lejos”, declaró Ríos.
Al final de la liturgia se encendieron velas en la entrada de la Congregación La Trinidad, en recuerdo del día de las personas fallecidas por el VIH, y de quienes aún viven en lugares donde no pueden acceder al tratamiento (Candlelight).
La Convención de la Iglesia Evangélica Luterana en Chile es la reunión de todas las congregaciones y comunidades entre dos Sínodos para reflexionar sobre la marcha de la Iglesia.