Dios habló, y dijo estas palabras: “Haz todo tu trabajo seis días a la semana; pero el séptimo día de la semana es día de descanso, dedicado a mí, el Señor vuestro Dios” (Éxodo 20: 9-10a).
En este 1° de mayo hacemos llegar nuestro saludo y gratitud a todas las personas trabajadoras de nuestro país, y también de la Iglesia, comunidades y proyectos diacónicos. Nuestro especial cariño y reconocimiento para las mujeres que sin remuneración se dedican a labores domésticas y de cuidado. Estas ocupaciones entregan un gran aporte pero siguen siendo invisibles. Ellas sostienen la economía familiar y también la del conjunto de la sociedad.
El Día Internacional del Trabajo surge como un hito donde se resalta el valor social del trabajo, y se reivindica que toda persona pueda desarrollar su función en condiciones de dignidad y de justicia. En este día hacemos memoria de los Mártires de Chicago que fueron ejecutados por participar en las protestas por una jornada laboral de ocho horas. Sin duda, el respeto de los derechos laborales sigue siendo un desafío para nuestra sociedad. Es nuestra esperanza que podamos dar nuevos pasos para reconocer el esfuerzo de quienes trabajan. Sabemos que aún existen muchos y muchas que reciben sueldos miserables y pensiones que no les alcanza para obtener el pan de cada día.
Pero en este 1° de mayo, queremos también celebrar con la clase trabajadora la reforma de la jornada laboral de 40 horas. Valoramos que las personas tengan hoy más tiempo para el descanso, pues trabajo y descanso van de la mano. Descansar es uno de los mandamientos de Dios para sus hijos e hijas. Dios mismo trabajó seis días y descansó el séptimo. El día del descanso lo declaró sagrado resaltando así su importancia en la acción creadora (Génesis 2: 3). Trabajo y descanso son regalos de Dios para la vida buena. Como Iglesia Evangélica Luterana en Chile nos alegramos de poder avanzar como sociedad en políticas laborales que velen por más cuidado para todas las personas.
Que en este día reciban nuestro reconocimiento y abrazo los trabajadores y trabajadoras, en la esperanza y compromiso de seguir abriendo horizontes para un desarrollo laboral con dignidad y plenitud de vida.
Feliz Día del Trabajo para cada trabajador y trabajadora.
Pastora Izani Bruch
Obispa IELCH
1° de mayo de 2024
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