Iglesias Luteranas de las América: En la misión de Dios hay esperanza y paz

Con un mensaje de esperanza confirmando el llamado de Dios para servir en las Iglesias y en la sociedad, concluyó el 19 de abril la Conferencia de Liderazgo de las Américas (COL) celebrada en São Leopoldo, Brasil. En los próximos días se dará a conocer la forma definitiva del texto.

La reflexión aborda los temores, preocupaciones, inspiraciones y esperanzas de las Iglesias de la Región, enfatizando la crisis vocacional, la emergencia climática, la migración, los fundamentalismos, la fragilidad de las democracias, el patriarcado, el clasismo, el racismo y los conflictos armados, entre otros temas.

La misiva dice: «Estas preocupaciones se conectan con la comunión global en muchas áreas. En particular, expresamos nuestra solidaridad con la Iglesia Evangélica Luterana en Jordania y Tierra Santa (ELCJHL), que sufre los efectos de la guerra. Pedimos un alto al fuego y el acceso a la ayuda humanitaria para los necesitados».

El mensaje también llama a las Iglesias a elevar su voz profética: «El silencio ante los temores y las preocupaciones no es una opción.» En cambio, «nos acompañamos unos a otros y caminamos juntos como un cuerpo en Cristo», recordando el mensaje del Evangelio a ‘No tener miedo’ y compartir la Buena Nueva.

La declaración describe la difusión de la Buena Nueva como trabajar por la paz, fortalecer la voz de los jóvenes, luchar por la justicia de género y poner fin a la violencia de género, construir puentes a través del diálogo intergeneracional, afirmar la identidad luterana a través del ecumenismo, cuidar la creación y la justicia climática, junto con el acompañamiento mutuo.

La calma en la tormenta

La Rvda. Katia Cortez, de la Iglesia Luterana de Nicaragua “Fe y Esperanza” (ILFE), predicó sobre Jesús caminando en las aguas. En su sermón sostuvo que a veces “como líderes o como miembros de nuestras iglesias, nos encontramos en situaciones que nos hacen sentir como si estuviéramos en un bote, azotados por vientos fuertes, en un mar enojado, donde el miedo y las dudas se apoderan de nosotros» (Mateo 14: 22-33).

«Mientras haya guerras, habrá tormenta», indicó. «Mientras a las mujeres y a los jóvenes se les niegue espacio, hay tormenta; mientras haya ataques contra la creación, hay tormenta; mientras haya desigualdad económica, habrá tormenta; mientras haya políticas migratorias inhumanas, habrá tormenta». Frente a esto, «Nuestra misión como iglesias luteranas es seguir acompañándonos unos a otros, para luchar juntos por la liberación». El hijo de Dios «nos libera para servir, nos libera para cumplir una misión, que es compartir este mensaje de amor y esperanza con los demás» agregó.

Las Iglesias Luteranas no pueden quedarse quietas ante las tormentas de injusticia. “El hijo de Dios nos acompaña en el dolor” porque lo hace desde la empatía. “Al ser Jesús humano conoce el dolor, él conoce la aflicción tanto como nuestros temores y angustia, y así extiende su mano amorosa y salvadora hacia nosotros», señaló Cortez.

Fuentes:
Texto: LWF/ A. Weyermüller/ Redacción
Foro: LWF/ Gabriela Giese

Lee aquí la nota original en inglés

 

COMPARTE CON OTROS

Facebook
Twitter
LinkedIn

NOTICIAS RELACIONADAS

Actualidad

En el pasaje de esta semana Jesús se enfrenta al legalismo religioso. Un grupo de fariseos le preguntan si al esposo le está permitido divorciarse ...

Actualidad

La Misión en Chépica celebró un nuevo Culto el sábado 5 de octubre junto a las familias de usuarios de la Oficina municipal de Discapacidad.

...
Actualidad

Al cumplirse un año de guerra con decenas de miles de muertos, y en medio de una escalada que afecta a varios países, las Iglesias ...