Con diversos actos la Iglesia Evangélica Luterana en Chile conmemoró este 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer. Las cuatro Pastorales y la obispa Izani Bruch, enviaron un afectuoso saludo lleno de reconocimientos, para seguir construyendo caminos de igualdad y de justicia para todas las Mujeres.
La Rvda. Sandra Rozenberga-Saavedra, asesora de la Pastoral de la Mujer, manifestó que “hoy día convocamos el espíritu de todas las mujeres en todas partes en esta tierra, y recordamos sus luchas, recordamos sus triunfos, sus alegrías y su dolor, clamamos por la justicia en aquellas que denuncian las injusticias, y pedimos también la unidad por el cese de toda la violencia contra todas”.
Más adelante, agregó que “necesitamos hacer más para ayudar a las mujeres a ser como las mujeres independientes en los Evangelios, debemos tener el valor de hacer esto aunque incluso nuestras familias, nuestros amigos y vecinos nos critiquen, porque no se puede mostrar mayor amor por Ellas que defender su lugar igualitario en nuestra sociedad actual”, sostuvo.
Liturgia Ecuménica en La Moneda
Un grupo de mujeres evangélicas y católicas participaron de una liturgia en la capilla del Palacio de La Moneda, para hacer memoria de esta fecha durante la tarde del 7 de marzo.
El acto contó con la asistencia de la Subsecretaria General de la Presidencia, Macarena Lobos; de la Subsecretaria de la Mujer, Luz Vidal; del director de la Oficina Nacional de Asuntos Religiosos, Omar Cortés; además de funcionarias de la sede de gobierno.
La obispa Izani Bruch, capellana evangélica de La Moneda, predicó sobre la historia de maltrato de Agar y su encuentro con el ángel de Dios que la ve y la escucha (Génesis 16: 1-13); y del encuentro de la mujer Sirofenicia que suplica un milagro a Jesús y que logra abrir su perspectiva sobre el alcance universal del Reino de Dios (Marcos 7: 25-30).
“La buena nueva es esta: toda persona tiene igualdad de derechos e igualdad en dignidad, y esa es la buena nueva que somos llamadas a anunciar nosotras hoy. Conmemoramos este 8 de marzo pasando por nuestro corazón la lucha, la resistencia, el coraje, la porfía, y la esperanza de tantas mujeres”, expresó.
“Y queremos también seguir siendo porfiadas, queremos seguir sacándolas de debajo de la mesa, haciendo memoria, nombrando sus nombres, nombrando a Agar, nombrando a la Sirofenicia, queremos juntas seguir extendiendo el horizonte del Reino de Dios. Ese horizonte de vida plena para todos sus hijos e hijas. Que el Dios que nos ve, que escucha nuestra aflicción, que ese Dios nos ayude a ampliar ese horizonte de su Reino en medio nuestro. Amén”, concluyó.
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