En el tercer domingo después de Epifanía escuchamos el comienzo del ministerio de Jesús en Galilea de acuerdo al Evangelio de Marcos. Junto al lago hay cuatro pescadores que son llamados a seguirlo y a experimentar un cambio radical en sus vidas: Simón, Andrés, Santiago y Juan (Marcos 1: 14-20).
El texto subraya que Jesús proclamaba algo bueno. Una nueva manera de vivir y relacionarse entre todos y todas y Dios. Buenas noticias de amor, de misericordia, de compasión, de justicia y de paz. “Ya se cumplió el plazo señalado, y el reino de Dios está cerca. Vuélvanse a Dios y acepten con fe sus buenas noticias” (Marcos 1: 15).
Enseñar este camino es una tarea que necesita colaboradores. Por eso, Jesús llama a otros y otras a sumarse y formar comunidad. Su llamado es pura gracia que no exige ningún mérito especial, en respuesta nos comprometemos a seguir su ejemplo, a ser comunidad, y a proclamar su resurrección. Él sigue vivo en medio nuestro llamándonos e invitándonos a ser parte de su misión en el mundo. Aceptemos con fe sus buenas noticias.
“Les dijo Jesús: —Síganme, y yo haré que ustedes sean pescadores de hombres. Al momento dejaron sus redes y se fueron con él” (Marcos 1: 17-18).
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