El secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, Dr. Jerry Pillay, fijó el tono sobre el involucramiento basado en la fe durante un servicio ecuménico en la COP28: las Iglesias deben hablar y actuar por la justicia climática.
«Hay muchos que claman por ser escuchados, por ser considerados, por ser cuidados y amados», dijo Pillay. «Sin embargo, seguimos con los negocios como siempre».
Hoy, la creación está gimiendo y sufriendo. «Las señales son claras y la ciencia nos dice lo mismo”. “La humanidad se enfrenta a un enorme cambio en el sistema climático que afectará a toda la vida humana en el planeta Tierra», sostuvo
Alimentos, agua y medios de vida están en peligro por un clima más cálido. «La migración aumentará y como resultado habrá más inseguridad social y conflictos violentos podrían escalar debido a la escasez de agua y tierra”. “Mientras que algunos de nosotros podemos percibir la importancia de la crisis climática para enfocarnos en ella como cristianos, muchos otros todavía no», añadió el Secretario del CMI.
Los cristianos están llamados a cuidar la tierra porque pertenece a Dios. «Por lo tanto, nos corresponde a nosotros trabajar por el bien de la tierra y la gloria de Dios”. “No habrá justicia cuando los ecosistemas ya no puedan entregar aquello de lo que todos dependemos para la vida», urgió.
Las personas de fe están llamadas a actuar y a actuar ahora. «El interés de beneficiarse de los combustibles fósiles es mayor que el interés por la justicia y especialmente por la justicia intergeneracional”. “La COP28 es fundamental para el futuro del planeta viviente -nuestro hogar común-, y para nuestros hijos y las generaciones futuras», manifestó.
La ciencia es muy clara, recordó Pillay. «Los gobiernos tienen que actuar ahora para eliminar gradualmente los combustibles fósiles que representan el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero”. “Debemos apoyar a los jóvenes en sus esfuerzos por proteger su futuro y asegurar un planeta vivo sostenible”, insistió.
Fuentes:
Texto: CMI/ Redacción
Foto: Albin Hillert/ FLM
Lee aquí la nota original del CMI en inglés