El Arzobispo Dr. Panti Filibus Musa, Presidente de la FLM, y la Secretaria General Rvda. Dra. Anne Burghardt, depositaron este 15 de septiembre una corona de flores en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Ambos ofrecieron una oración «para no permanecer indiferentes» y para que «lo presenciado nunca más se repita».
Auschwitz es un complejo que estuvo compuesto por tres campos, dos de trabajo esclavo y uno de exterminio. Se estima que el régimen nazi llevó a cabo en ese lugar el asesinato de más de un millón de personas, principalmente judíos y opositores.
La visita es parte de la Decimotercera Asamblea de la Federación Luterana que se realiza en Cracovia, y fue acompañada por Adrian Korczago, obispo polaco de Cieszyn en la Iglesia Evangélica de la Confesión de Augsburgo. “Vemos a Auschwitz como un símbolo universal de las diversas tragedias y atrocidades que están ocurriendo a las personas en todo el mundo. Esto no es sólo algo que ocurrió hace casi 100 años, sino algo que sigue sucediendo de nuevo en diferentes regiones del mundo”, dijo Korczago.
En Birkenau, al final de la visita, los delegados caminaron en silencio por un ‘camino de oración’, marcado en el suelo con un trozo de tela gris. Luego fueron invitados a utilizar un timbre para marcar la tela con las palabras “¿Cuánto tiempo, Señor?” (Salmo 13). En otro momento, recibieron flores secas para aplastar y esparcir en el suelo arenoso. Cantaron el Kyrie y oraron con las palabras del salmista: «Desde lo profundo te clamamos, oh Señor. Escucha nuestra voz. Escucha nuestro grito sin palabras» (Salmo 130).
Korczago señaló que: «Para nosotros, el mensaje más importante de esta visita es hacer reflexionar sobre el hecho de que no se puede permanecer pasivo, no se puede ser indiferente a la forma en que las personas están siendo torturadas y perseguidas por su religión, su género u otros aspectos de su condición humana. Al presenciar estas imágenes tan drásticas de trauma, tortura y muerte, esperamos que los visitantes puedan reflexionar sobre los diferentes tipos de persecución que ocurren en el mundo de hoy».
La visita al memorial de Auschwitz se relaciona con el tema de la Asamblea «Un Cuerpo, un Espíritu, una Esperanza» (Efesios 4: 4). «Si todos somos parte del un único Cuerpo», subrayó Korczago, «no podemos ser insensibles al sufrimiento de otro miembro o de un grupo de miembros. El Espíritu Santo tiene el poder de mover nuestros corazones para que no permanezcamos indiferentes, sino que podamos ver más claro en la comprensión del sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas».
El tema de la Asamblea junto a los cuerpos destruidos también habla de la promesa de nuevos corazones. El Obispo Korczago concluye: “Ponemos nuestra confianza en Cristo, sabiendo que la esperanza prevalecerá, incluso frente a tanta crueldad y malicia como la que ocurrió aquí en Auschwitz Birkenau».
Fuentes:
Texto: LWI/ Redacción
Foto: LWF/ Albin Hillert