La Fraternidad Ecuménica de Chile (FRAECH) celebró el 30 de agosto sus 50 años de vida con una oración en la Iglesia de San Francisco presidida por el cardenal Celestino Aoz. En la conmemoración participó la obispa Izani Bruch junto a representantes de las Iglesias ortodoxa, católica, protestantes y evangélicas.
La asociación nacida en medio de un momento difícil para el país –agosto de 1973-, es fruto de la fuerza que alcanza el movimiento ecuménico a mediados del Siglo XX, impulsado tanto por el Consejo Mundial de Iglesias como por el Concilio Vaticano II.
El padre Rodrigo Polanco, presidente de FRAECH, destacó que “al llegar la década de 1970 el ecumenismo estaba preparado para los desafíos que vendrían. Hubo una década de preparación. Ya no sólo nos dedicaríamos a las relaciones entre nuestras iglesias y nuestra propia unidad, sino que comprenderíamos que unidos podíamos servir mejor al país, de una manera mucho más efectiva”.
En el contexto de ese intercambio ecuménico surgieron iniciativas clave para la defensa de los Derechos Humanos, tales como el Comité Nacional de Ayuda a los Refugiados y el Comité de Cooperación para la Paz, y más tarde la Vicaría de la Solidaridad como continuadora de esa labor.
“Tenemos entonces en síntesis por delante una amplia misión de servicio al país y de anuncio del Evangelio. Ese es nuestro compromiso para el día de hoy y para esta celebración. Nosotros que hemos comprobado –como dice el salmo- “la dulzura de convivir los hermanos unidos”, no podemos no comprometernos a seguir buscando que algún día todos estemos en el camino de la unidad, para que finalmente todos seamos un sólo rebaño como hay un sólo pastor”, reseñó Polanco.
La obispa Izani Bruch de la Iglesia Evangélica Luterana en Chile pidió por esta vocación durante la liturgia: “Te alabamos Padre misericordioso que nos invitas a ser artífices de la unidad y la reconciliación en nuestro país”.
La homilía estuvo a cargo del pastor Eduardo Cid de la Iglesia Wesleyana, quien se refirió a los desafíos del mundo cristiano. “La palabra de hoy nos dice que no estamos solos. La palabra de hoy nos dice que Él está con nosotros. Pero yo me pregunto en este contexto estaré haciendo la voluntad de Dios (…) Es cierto que el cristianismo no está en su mejor momento y está en crisis, pero es ahí donde con mayor razón se manifiesta la presencia de Dios, porque nos dice que no estamos solos. Tenemos que pensar de aquí a 50 años más, ¿qué heredaremos a aquellos que nos sucederán?”, reflexionó.
“Hoy día, por lo tanto, debemos comenzar a sembrar en este tiempo. Un tiempo difícil para nuestro país, políticamente hablando, socialmente hablando, económicamente hablando. Hay tanto que hacer y la Fraternidad Ecuménica tiene esa labor. De todos los que estamos acá no hay ninguno que no tenga nada que hacer dentro de la Iglesia del Señor. De una u otra manera Él nos ha dado responsabilidades, nos ha dado dones y talentos para poder aplicarlos en el contexto en que nos encontramos”, concluyó Cid.