La Iglesia Evangélica Luterana en Baviera y la arquidiócesis católica de Múnich, efectuaron el 25 de julio una ceremonia ecuménica en la montaña más alta de Alemania para llamar la atención sobre los efectos del cambio climático.
El réquiem por el glaciar “Schneeferner del Norte” se realizó a 2.962 metros, en el monte Zugspitze, hogar de dos de los cuatro glaciares que aún subsisten en el país. El tema de reflexión fue tomado del Salmo 121 que dice: «Al contemplar las montañas me pregunto: ¿De dónde vendrá mi ayuda?» (DHH Salmo 121: 1b).
La pastora Ulrike Wilhelm y el asistente pastoral Florian Hammerl, manifestaron que con la acción quieren crear conciencia sobre la crisis. Wilhem afirmó que «cada vez más estos cambios se están convirtiendo en un problema pastoral que provoca profundos temores en las personas”. Agrega que ve gente molesta: “quienes estuvieron aquí hace 20 o 30 años a menudo están bastante sorprendidos cuando regresan».
A pesar de todo, se busca infundir esperanza mediante el compromiso. «Aquí arriba está siendo soplada la arena desde el Sahara, la ceniza de la selva ardiente en Brasil, el hollín y el polvo de las ciudades, en resumen: la suciedad de todo el mundo». Por eso, el glaciar también nos recuerdan que la gente, el clima, las plantas, los animales «todos pertenecemos y estamos conectados», sostuvo Florian Hammerl.
El músico Wilko Ossoba-Lochner compuso la «Elegía por el fin del hielo eterno» que se interpretó en la oración. Acompañadas por un bombo -y con ritmo lento-, se escucharon tres voces disonantes que cantaron un versículo del Salmo 81: “Si mi pueblo tan sólo me escuchara” (NVI Salmo 81: 13).
El geofísico Dr. Till Rehm, coordinador de la estación de investigación del Zugspitze, destacó que «cualquier ocasión es buena para acercar el tema a la gente y mostrarles que algo está cambiando definitivamente”.
«Los verdaderos problemas relacionados con el derretimiento de los glaciares están ocurriendo en otras partes del mundo, como Sudamérica y el Himalaya. Allí la agricultura será imposible debido a la falta de agua, allí la gente morirá de sed porque ya no vendrá más agua de las montañas. Lo que está sucediendo aquí con nosotros en el Zugspitze son sólo pequeños indicios de las crisis que vienen para la gente en otros lugares», agregó Rehm.
El “Schneeferner del Norte” perdió casi un tercio de su espesor entre 2014 y 2022, y podría desaparecer de aquí a 2030. Este hecho refleja la rápida desaparición de los glaciares en la cordillera de los Alpes. En Suiza entre 2001 y 2022 también se redujo en un tercio el volumen de los hielos de acuerdo a la Organización Meteorológica Mundial.
Fuentes:
Texto: EPD/ LWF/ A. Weyermüller/ Redacción
Foto: epd-bild/ Angelika Warmuth
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