MENSAJE DE PENTECOSTÉS
“Todos quedaron llenos del Espíritu Santo…” (Hechos 2: 4)
Queridos hermanos y
queridas hermanas en Cristo:
Que la gracia y la paz de Dios sea con todos y todas ustedes. Hace una semana nos encontramos -como Iglesia- en las dependencias de la Congregación San Pablo de Hualpén, para festejar los 160 años del luteranismo chileno y los 50 años de vida comunitaria de la Congregación San Pablo. Con alegría y con el corazón lleno de gratitud, celebramos las maravillas de Dios en la historia de nuestra Iglesia y en la vida de todos y todas quienes hemos sido y somos parte de la IELCH.
Sin embargo, el origen de nuestra iglesia no está en la llegada de los primeros luteranos a mediados del siglo XIX, tampoco se remonta a la Reforma Protestante del siglo XVI, sino a la fiesta de Pentecostés que aconteció en Jerusalén 50 días después de la Pascua de Resurrección. Este domingo junto a todas las Iglesias del mundo estaremos celebrando Pentecostés: es decir, nuestro aniversario como Iglesia cristiana.
Celebramos la acción del Espíritu Santo, como promesa de Jesús de no dejarnos huérfanos. Recordamos que el Espíritu, que es descrito como consolador, animador y vivificador, en Pentecostés descendió sobre la comunidad que estaba reunida en Jerusalén -aún con miedo y a puertas cerradas-, en el contexto de la fiesta de las cosechas o de las semanas.
Según el libro de los Hechos de los Apóstoles, el grupo de personas que estaban reunidos en Jerusalén era muy diverso, había personas de diferentes lugares, costumbres, idiomas, culturas, edades y sexo… Y “todos y todas quedaron llenos del Espíritu Santo”. Todos escucharon hablar de las maravillas de Dios en su propia lengua.
El Espíritu Santo es un regalo de Dios que todos recibimos. El Espíritu de Dios no hace distinción, no hace acepción de personas. Todas las personas reciben el Espíritu Santo, y entre ellas también estamos nosotros y nosotras. Por eso, somos más que herederos y herederas de la Reforma Protestante, somos herederos y herederas de esta buena noticia que nos anunció Jesús. No estamos huérfanos y huérfanas en el mundo, sino acompañados y sostenidos por el Espíritu Santo, quien sopla, actúa, capacita y empodera a la Iglesia para dar continuidad a la misión de Dios en el mundo: anunciar sus maravillas y acercar su reino a todas las personas tal como lo hizo Jesús.
Celebremos con alegría y gratitud, en unidad y en nuestra diversidad el aniversario de la Iglesia cristiana. Y que el Espíritu de Dios descienda sobre cada uno de nosotras y nosotros, nos fortalezca y nos anime para seguir dando testimonio de Cristo Resucitado. Que el Espíritu de Dios sople sobre nuestras comunidades y toque nuestras lenguas para que podamos seguir anunciando sus maravillas. Que el Espíritu Santo venga a nuestras vidas y comunidades, a fin de que podamos proclamar y practicar en nuestras relaciones el amor, la solidaridad, la justicia y la paz que Cristo nos enseñó. Amén.
Una bendecida fiesta de Pentecostés.
Pastora Izani Bruch
Obispa IELCH
26 de mayo de 2023
Foto: EKD