Culto correspondiente al 6° Domingo de Pascua, realizado este 14 de mayo en la Congregación La Trinidad.
El Evangelio de esta semana continúa desarrollando el tema de la relación de Jesús con el Padre y con el Espíritu Santo, en similitud con la relación que se establece entre Él y sus propios discípulos (Juan 14: 15-21).
Esta enseñanza busca que los seguidores permanezcan en la cercanía de Dios por medio del amor que Jesús nos dio a conocer.
Como el egoísmo no desaparece, y el ser humano no puede confiar en sus propias obras, Dios mismo es la fuerza que nos perdona y nos justifica, por medio del Espíritu Santo que es nuestro “defensor”.
Porque una vez que experimentamos a ese Espíritu de verdad, nos está prometido que se quedará con nosotros.
Y mientras más claro nos demos cuenta de que el amor de Dios es capacidad de aceptar, de respetar, de apoyar, y de involucrarnos, menos vamos a sentir la necesidad de defendernos, y será por lo tanto mucho más fácil compartir y regalar ese amor a los demás.
Por eso, Pablo dice: “para que busquen a Dios, y quizá, como a tientas, puedan encontrarlo, aunque en verdad Dios no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en Dios vivimos, nos movemos y existimos” (Hechos 17: 27-28).
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