Con el lema “Democracia es memoria y futuro”, en la ciudad de Concepción fueron reconocidas este 11 de abril las Iglesias y Comunidades que bajo la dictadura cívico-militar trabajaron en la defensa de los DD.HH. El reconocimiento se hizo extensivo a la Iglesia Evangélica Luterana en Chile, por su denuncia a todo aquello que atentó contra la dignidad de refugiados, prisioneros políticos y de sus familias.
La distinción fue recibida por el pastor Oscar Sanhueza, quien en esos años fue un prisionero político. Con posterioridad a 1973, la IELCH realizó un trabajo humanitario en la Región del Bío Bío liderado por los pastores Víctor Astacio y Federico Wirnsberger, quienes también sufrieron la represión de la dictadura.
El lema “Democracia es memoria y futuro” es muy relevante en el contexto de los 50 años del Golpe de Estado sostuvo el pastor Marco Garrido.
“Sin memoria no hay esperanza para que otro mundo sea posible y sin esperanza la memoria se nos diluye. Por eso es esencial recordar ‘para que nunca más’, para que nuestro relato sea opuesto al relato oficial de los poderosos y dueños de los medios de comunicación. Es necesario continuar haciendo memoria y trabajando en favor del bien Común y en la defensa de los DD.HH. y del ecosistema que hoy clama por justicia”, comentó Garrido.
Participaron en la ceremonia, Ester Sáez, presidenta del directorio de la Congregación Vida Nueva, la pastora Mariela Sufán, y en los cantos populares: Marco Maureira y el pastor Marco Garrido.