El secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, Rev. Prof. Dr. Jerry Pillay, comparte un mensaje pascual de esperanza y renovación en el que reflexiona sobre el momento en que Jesucristo en la cruz exclama: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has desamparado?”.
Pillay observa que aquí Jesús expresa el dolor y el sufrimiento de su muerte inminente.
“Es el clamor de las personas desplazadas, de los refugiados en tránsito, de las mujeres y los niños que sufren abusos, de los pueblos indígenas, de las personas con discapacidad, de quienes son desatendidos, oprimidos y pisoteados”, afirma. “Las dificultades de todas estas personas son tan insoportables que a menudo se sienten abandonadas por sus gobiernos, sus amigos, su familia, e incluso por Dios”.
En el mundo de hoy, muchas personas tienen una sensación de abandono y desesperación, indica Pillay.
“Jesús dio su último aliento y murió, pero resucitó de entre los muertos”, dice. “Por lo tanto, cuando en medio de la fragilidad, el dolor, el sufrimiento, las guerras y la muerte, tenemos la tentación de preguntar por qué Dios nos ha desamparado, detengámonos y tengamos la certeza de que Cristo, el Padre, ¡hace nuevas todas las cosas!”.
Pillay nos recuerda que Dios está presente con nosotros en todas las cosas, a través de todas las cosas y en todo momento.
“Esta certeza, en vez de hacernos sentir desamparados, debe, pues, alentarnos y llevarnos a ser agentes e instrumentos de esperanza y luz para el mundo”, concluye el mensaje de Pascua. “Debe darnos la energía y el deseo de seguir trabajando por la justicia, la paz, la reconciliación y la unidad de Dios, para que un mundo mejor para toda la creación sea posible”.
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Fuente: Consejo Mundial de Iglesias