Culto correspondiente al 3° Domingo de Adviento, realizado este 11 de diciembre en la Congregación La Reconciliación.
“¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro?” (Mateo 11: 3). Con estas palabras Juan el Bautista expresa sus dudas respecto a las noticias que recibe sobre Jesús. Comparte la esperanza pero vive una contradicción.
Hay momento en los que experimentamos límites que no podemos superar, pero mantenemos la fe porque también hemos sido testigos de cómo el Evangelio cambia para bien la vida y las circunstancias de otros y otras.
Este hecho es importante para El Bautista, ya que su propio mensaje se centra en la transformación. Por eso, desde la cárcel pide a sus seguidores que busquen a Jesús y le pregunten quién es.
Jesús responde: “Vayan y cuéntenle a Juan lo que están viendo y oyendo: Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas. Dichoso el que no tropieza por causa mía” (Mateo 11: 4-6).
El Reino de Dios implica una apertura a reconocer su posibilidad. El profeta Isaías usa una imagen que supera lo aparente y que todos conocemos: “Que se alegre el desierto, tierra seca; que florezca, que produzca flores como el lirio, que se llene de gozo y alegría” (Isaías: 35: 1-2).
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