(LWI) – Luego de años en busca de apoyo internacional para las poblaciones superadas en sus propias capacidades por los impactos del clima, al fin, la COP27 estableció un fondo dirigido a mitigar las pérdidas y los daños.
Isaiah Toroitich, Jefe de Abogacía Global de la Federación Luterana Mundial, afirmó que este es el resultado más significativo de la COP27. “Al establecer este tipo de fondo, se toman en cuenta las necesidades de los países vulnerables dentro de la agenda por el financiamiento climático. Hasta ahora, los más vulnerables han pagado por el cambio climático con sus vidas y con sus medios de sustento”.
“Esto reafirma lo que hemos dicho durante un largo tiempo: La crisis climática tiene impactos que superan la capacidad de las comunidades individuales para adaptarse. Por lo tanto, todos los esfuerzos deben ser hechos para financiar este nuevo mecanismo, para mitigar las pérdidas y los daños, y para que se pueda responder a las necesidades de esas comunidades”, agregó.
Falta mucho
A pesar de este logro, el balance general quedó corto en cuanto a enfrentar decididamente la crisis climática. La conferencia no alcanzó ningún progreso significativo en la reducción de las emisiones de carbono. Los resultados no hicieron eco del llamado de la FLM para abandonar todos los combustibles fósiles.
Toroitich cuestionó que “La comunidad internacional no haya hecho lo suficiente para logar el objetivo de regular la temperatura y limitar el calentamiento hasta los 1,5 °C a nivel global”.
Rol de las Iglesias
Elena Cedillo, encargada del Programa Ejecutivo para la Justicia Climática de la FLM, dijo que “a través del trabajo que estamos desarrollando a nivel local y nacional, contribuimos a la acción climática. Nuestras iglesias reconocen que tienen un rol importante que continuaremos apoyando”.
Jóvenes agentes de cambio
Savanna Sullivan, encargada del Programa Ejecutivo para los Jóvenes de la FLM, comentó que “la Federación se encuentra entre las organizaciones que estuvieron representadas por jóvenes provenientes de todas las regiones durante la COP27. Como organización de fe, nos posicionamos apoyando valores como el derecho de los más vulnerables o el cuidado de toda la creación de Dios”.
Anania Ndondole, de la Iglesia Evangélica Luterana en Tanzania, manifestó que “las y los jóvenes deben elevar su voz en favor de la justicia climática y por un futuro para este planeta. La gente joven deben ser embajadores del cambio, también involucrando a más mujeres jóvenes –las madres de mañana-”.
Alžběta Hamrová, de la Iglesia Evangélica de los Hermanos Checos, detalló que “durante la COP27 hubo numerosas manifestaciones por el clima que tuvieron lugar en mi país. Pero hubo también mucha controversia y retrocesos en cuanto a justicia climática. Estoy convencido que debemos tener una posición clara como Iglesia”.
Carine Wendland, de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en Brasil, expresó que “continuaré escuchando las voces de los seres vivientes que me rodean, cuidando de ellos cuanto sea posible”.
La delegación luterana estuvo conformada por 40 personas, ocho de las cuales asistieron de forma presencial. Las y los jóvenes constituyeron la parte más grande dentro de la representación. En conjunto, los participantes pudieron seguir las negociaciones de los gobiernos, participar en acciones culturales y marchas, y expresar su voz en eventos paralelos y foros de discusión.
La FLM está construyendo una red por la acción climática en asociación con otros actores, incluyendo otras instituciones basadas en la fe y organizaciones de la sociedad civil. Este involucramiento es parte del trabajo de la comunión enfocado en fortalecer la acción climática y la abogacía en todos los niveles.
LWF/A. Weyermüller