La Congregación La Trinidad, de la Iglesia Evangélica Luterana en Chile, abrió sus puertas este 14 de noviembre para celebrar el culto dominical. La comunidad compartió el Evangelio de Marcos 13: 1-8, en el que se narra la advertencia de Jesús sobre la destrucción del templo.
El pasaje forma parte de una denuncia que cuestiona el abuso de un sistema religioso que se enriquece, mientras descuida la justicia en las relaciones humanas. En este sentido, la obispa Izani Bruch, expresó que la imagen de la destrucción invita a repensar qué es lo que se entiende por voluntad de Dios.
“Lo que podemos ir entendiendo con el texto del domingo pasado y con el de hoy, es que las estructuras religiosas –el templo-, no siempre representan la voluntad de Dios. Hay una contradicción entre las prácticas religiosas y la voluntad de Dios”, sostuvo.
Por eso, es importante escuchar la advertencia que hace Jesús a “tener cuidado con el disfraz religioso, tener cuidado con el disfraz de piedad de los cristianos, que puede servir para disfrazar las verdaderas intenciones de seguir sosteniendo la violencia y el maltrato instituido en nuestra sociedad”, agregó.
Humanicemos nuestro mundo
En este contexto, la obispa de la IELCH se refirió también a los próximos comicios que tendrán lugar este 21 de noviembre en Chile. “Estamos queridos hermanos y hermanas a una semana de las Elecciones Presidenciales. Y las palabras de Jesús que nos acompañan hoy, nos vienen a recordar que ‘muchos se presentaran en mi nombre diciendo yo soy’ y engañarán a mucha gente. Las palabras de Jesús nos invitan a no dejarnos engañar por quienes dicen representar los valores cristianos”, cuestionó.
Por ello, exhortó también a “cuidarnos de ciertos sistemas, saber leer las alianzas de ciertos sistemas religiosos y políticos. Sentarnos y discernir. No dejarnos llevar por lo que se nos presenta como algo magnífico en el nombre de Dios. Como seguidores y seguidoras de Jesús hemos de mirar el ministerio y la misión de Jesús. O sea, mirar el recorrido que hizo Jesús desde Galilea a Jerusalén –y ahí-, en ese recorrido, en ese camino, están nuestros valores. Ahí están los valores cristianos, que son los valores del Reino de Dios”.
“Nuestra misión en este mundo marcado por tantos dolores es seguir la misión de Jesús. Es amar, es reconciliar, es perdonar, es construir esperanza, y mientras seguimos haciendo esto estamos acercando el Reino de Dios y no es el fin. Que nuestra preocupación hoy sea servir, incluir, respetar, amar. Que nosotros y nosotras podamos ser humanización de nuestro mundo, humanización de nuestros templos”, concluyó Bruch.
Las comunidades hermanas, y toda la IELCH en su conjunto, se alegran y acompañan esta reapertura, y confían en que Dios permitirá que la Congregación La Trinidad avance en el camino del respeto, el perdón, la inclusión, y el amor, sanando sus heridas, y abriendo caminos a la paz y reconciliación; más de 50 años de vida comunitaria nos permiten creer que Dios seguirá haciendo su obra, pese a tropiezos y errores. En Él deposita la IELCH su confianza.
Mira aquí esta noticia