Esto dice el Señor. En tiempo de Gracia te he respondido en día propicio te he auxiliado; te he defendido y constituido alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir heredades desoladas, para decir a los cautivos: “Salid”, a los que están en tinieblas: “Venid a la luz”
Isaías 49:8-9
Nuestro Dios nunca nos abandona. Jamás nos desampara, en tiempo bueno le alabamos porque él nos bendice y en tiempo de prueba, de desesperanza nos disponemos en su presencia para tener calma y sobrellevar los problemas. Somos privilegiados aquellos que en Dios ponemos nuestra fe, afortunados los que echamos nuestras cargas en él, porque Dios, Padre amoroso siempre nos hace descansar en su paz, nos acompaña y nos muestra que es Padre protector en quien podemos confiar, que oye a los que en él ponen su fe y nos invita al banquete de vida eterna que nuestro Dios nos tiene preparados para cada uno de los que son fieles a su palabra y que buscan su Justicia. Los que beben de su fuente de agua viva se refrescarán, renovarán y se llenarán de fe, gozarán de la gracia y vida eterna. Esta reflexión es interesante si podemos hacerla carne en nosotros de verdad, veremos que los problemas no son tan graves y las soluciones vendrán por sí solas, descansando en los brazos del Padre.
Permítenos Dios seguir tu ejemplo y restaurarnos para que nuestras futuras generaciones sean bendecidas con tu ejemplo y amor absoluto que nos has demostrado a través de los siglos.
Gabriela Ramos,
Congregación Belén