“No penséis que he venido s abolir la ley y los profetas. No he venido a abolirlos, sino a darles cumplimiento”.
Mateo 5: 17
La narrativa del evangelista Mateo nos invita a pensar cómo observar la ley de Dios, y que en la práctica debemos estar al corriente en qué consiste este mandato. Mateo coloca este hecho, porque Jesús había sido acusado por los fariseos y escribas de infidelidad respecto a la ley de Dios, y en el escrito aclara lo que Jesús hacía.
Con el correr de los años a la ley de Moisés original se le agregaron una serie de leyes que tenían que ver con la vida cotidiana. Son 613 leyes que tiene la legislación judía. Por eso Jesús dice que viene a darle cumplimiento. Es igual que en nuestro país; cada día se promulgan nuevas leyes, que la gran mayoría de los chilenos no las conocen. En este gobierno existen cientos de leyes prohibitivas, que la mayoría no sabemos de qué se tratan. Por eso muchas personas están cansadas de escuchar: “prohibido, prohibido…”.
Jesús viene a dar cumplimiento a la esencia de la ley; la esencia de la ley permanece ahí. Por eso, nosotros/as, debemos entender que la ley mosaica no es lo más importante en nuestra forma de vivir, sino que Dios, en su gran misericordia, nos perdona todas nuestras faltas y errores, que a través del arrepentimiento de corazón nos ofrece la gracia; ella nos invita a vivir una vida plena en la comunidad de fe. En ella compartimos lo bueno y lo malo. Congregarse es la manera en que vivimos nuestra fe. Ahí Dios nos ofrece la gracia y la salvación.
El cumplimiento que dice Jesús es tener presente el mandato de Dios, que debemos poner en práctica el principal mandamiento. Este mandamiento es “amar al prójimo como a ti mismo”. El amar a nuestro hermano/a nos deja junto a Dios. El amar al prójimo es amar a Dios, con todo nuestro corazón y mente.
Pastor Héctor Carrillo Carrasco
Congregación San Pablo.