“El maestro de la ley contestó: -El que tuvo compasión de él. Jesús le dijo: -Pues ve y haz tú lo mismo”. Lucas 10, 37.
Como Iglesia Evangélica Luterana en Chile realizamos hace unas semanas un llamado a nuestros hermanos y hermanas, pastores y pastoras, a suspender toda actividad comunitaria; hoy reafirmamos este llamado de manera extensiva a todas las Iglesias, esto dado el riesgo de contagio existente en nuestro pais, sobre todo en consideración de que nuestras comunidades están conformadas de manera heterogénea, por personas de distintos grupos socioeconómicos y etarios, incluyendo muchos que viven en situación de vulnerabilidad, hombres y mujeres que necesitan de una buena salud para poder seguir viviendo y manteniendo sus hogares. Seamos responsables con seguir estricta y rigurosamente lo que las autoridades de salud en cuanto a las medidas sanitarias que se han decretado, por insuficientes que pudieran parecer.
Expresamos en este tiempo de pandemia el amor de Cristo promoviendo el auto cuidado, y a no olvidar que la IGLESIA, cuerpo de Cristo, somos todos y todas, y que con la misma fe y convicción con que proclamamos la Buena Nueva debemos también proclamar vida digna y buena salud aquí y ahora. Nuestra fe en Dios nos ayuda a enfrentar este tiempo con esperanza, pero no nos hace inmune al contagio. La mayor muestra de amor a nuestro prójimo y prójima, hoy, es el cuidado. Es necesario que nos quedamos en casa, y evitar más lamentos innecesarios en los sectores sencillos y vulnerables donde están muchas de nuestras iglesias. Nuestra primera preocupación y compromiso como cristianos y cristianas en este tiempo del COVID-19 es con la vida.
Ejercemos en este tiempo nuestra diaconía cristiana desde solidaridad hacia nuestro hermano y hermana más débil. Llamamos a cada hermano y hermana que tiene la posibilidad de dar empleo, sea emprendedor, PYME, empresario, que actúe en consecuencia a los valores evangélicos que nos enseñó Jesús en el momento de enfrentarse a la decisión de proteger la salud de sus trabajadores y trabajadoras. Que el amor y cuidado sea nuestro testimonio como cristianos y cristianas herederos/as de la fe protestante y evangélica. Como sostenía Lutero: “Toda obra que no tenga por objetivo servir a los demás no es buena obra Cristiana”.
Hacemos también un llamado al Gobierno Central y sus Ministros/ministras a no olvidar que existe un pueblo pobre y vulnerable que no puede hacer cuarentena si es que no existen los derechos y las condiciones mínimas para poder cuidarse con seguridad. Con tristeza hemos visto que los días de ausencia forzosa al trabajo no serán remunerados, lo que nos preocupa y nos hace preguntarnos: ¿Cómo van a sobrevivir nuestros hermanos y hermanas en este tiempo de pandemia? Por otro lado, se pide guardar distancias y cuidarse, pero ¿podemos pedir eso a los miles de trabajadoras y trabajadores que a diario toman el transporte público? Y, nuevamente, vemos que la disyuntiva real es la vida humana enfrentada a un sistema económico que pone por delante intereses mezquinos, antes que el ser humano. Como iglesia Evangélica Luterana en Chile sostenemos que la economía nunca debe estar por sobre ninguna vida humana. Por ello es que, con respeto a la institucionalidad, llamamos al Gobierno a reflexionar en torno a la calidad ética y humana de las decisiones tomadas. Aun es tiempo de salvar muchas vidas, y de tomar las medidas necesarias para ello.
Como iglesia, desde ya, ponemos a disposición de la Sociedad Chilena, del Gobierno Central, Gobiernos Regionales, y Gobiernos Locales, todos nuestros templos, Jardines Infantiles y Colegios para cualquier labor necesaria en función de cuidar y salvar la vida de quienes más lo necesiten. Esto sin costo alguno, ya que nos asiste la profunda convicción que es urgente poner por delante la dignificación de la vida humana por medio del servicio a los demás. Nuestra mirada del Evangelio nos indica que donde hay derechos no puede haber especulaciones del mercado, y actuando en consecuencia queremos ser un aporte a cuidar y proteger la vida de los chilenos y chilenas.
En Cristo,
Izani Bruch Damaris Trujillo
Obispa Presidenta
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