La violencia que ha ocurrido es inaceptable y debe avergonzarnos como país. Pero no podemos soslayar que también gente de paz se ha manifestado haciendo un llamado de atención sobre las injusticias que claman una solución y un nuevo camino para Chile. Todos debemos hacer una autocrítica nacional para comprender que es lo que nos ha ocurrido como sociedad. Invitamos al gobierno, a los poderes del estado y a todos los actores políticos y sociales a sumarse a esta autocrítica.
Tenemos que trabajar unidos para que la razón prevalezca sobre el odio, para que el diálogo tenga oportunidad entre nosotros y para que trabajemos por una cultura del encuentro, que nos permita reconstruir la fraternidad y los valores que inspiran el alma de Chile.
Llamamos a los hombres y mujeres de buena voluntad a que abramos el corazón, a que trabajemos por la paz, a que botemos los muros que hoy nos cierran al diálogo y generemos puentes que nos permitan el encuentro.
Pedimos encarecidamente que cese toda violencia. Los invitamos a hacer un gran pacto social para dialogar, que nos permita buscar soluciones para construir un país más justo y solidario.
Invitamos a todos a la oración en común pidiendo a Dios que nos restablezca unidad y la paz. Nos comprometemos, como religiones y tradiciones de fe presentes en Chile, a trabajar por la fraternidad para la construcción de una sociedad justa donde toda persona sea respetada.
Que el Dios de la misericordia sea nuestra unión.
Religiones y tradiciones de fe presentes en Chile